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Tregua

Veo tus joviales lágrimas deshacer el papel,
El último ladrillo del muro de palabras 
Que una vez pronunciadas por mí
No tendrán ya que volar hasta ti.
Veo una pacífica sonrisa aparecer en tu rostro
Y desaparecer en el deseo, justo a tiempo
Para darte por fin ese atascado beso 
Que esperanzado dibujé bajo un triste candil.
Dejo ahora en un rincón mi viejo casco,
Para regresar, completo, a tus pacientes brazos.

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